Y yo digo: Ya lo publiqué, le he puesto "estribillo inconsecuente".
Y el cuy pomposo revira: ¿Inconsecuente? -manos a la cintura cual madre de novela mexicana molesta- No me gusta la palabra "inconsecuente". Yo soy muy consecuente con lo que digo. Cámbiale de título.
Y yo guardo silencio y repito susurrando ... inconsecuente, inconsecuente.
Minutos mas tarde.
El cuy pomposo suspira: Bueno, si soy un poco incongruente.
Yo sonrio: ¡Vamos! Que no a todos les quedan bien las incongruencias.
Horas después... Me sigue pareciendo encantadoramente inconsecuente. No le puedo hallar otro título.
martes, marzo 20, 2007
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