martes, agosto 22, 2006

Angustia Invernal

Se aerca el verano, claramente se deja oler en el ambiente, y en el tímido sol que de rato en rato se asoma, travieso, entre las nubes. Nunca me ha gustado el verano, ni el sudor que hace que la ropa se pegue al cuerpo; pero esta vez mi espalda está demasiado fría y mi cabeza se ha sorprendido al encontrarse añorando esa sensación de calor almacenado que ahoga los pensamientos. Sin embargo, mi alma sigue invernal... acurrucándose entre tazas de café (muy dulce, aunque amargo) y cientos de cigarrillos.


El humo se pasea en el ambiente y juega con mi mente, dibuja siluetas demasiado conocidas y escribe frases sueltas; todo es demasiado visceral...

Parece una película españoleta... Quizá tan española como la vez que estuvimos en el café oma, justo al lado de la ventana, viendo los cientos de taxis pasar por la congestionada carrera septima. Los buses y los carros, todos parecían detenerse un segundo al pasar frente a nosotras, para vernos, a ti tomando tu cafe espresso y a mí comerme mi pay de manzana arrugado. Nosotras callábamos, pero nuestros reflejos en la ventana gigante hablaban y se coqueteaban con la mirada; yo me atragantaba en lágrimas que no salían y, en ese instante, hubiera deseado más que nada ser etérea como un reflejo y meterme en el espejo que siempre llevas en el bolso; algo así como una version moderna de la bruja de ¿la cenicienta? ¿blanca nieves?. En todo caso, me hubiera gustado escapar de allí y meterme en algún lugar en el que no fueras capaz de encontrarme sino hasta pasado el tiempo.

Hoy he tomado café, café Sello Rojo mocca, sin leche... y he fumando cigarrillos mentolados; aunque ahora ya no son Kool, sino HAMILTON FRESH, que son la mejor alternativa para un bolsillo tan precario como el mío. Creo que estoy repitiendo rituales, invocando al dios de la melancolía y el desasosiego (si no hay, debería haber) mientras mi atormentada cabeza repite tu nombre esporadicamente. Pero ya no se me acelera la respiración, ya no me dan ganas de comerme las uñas mientras te pienso, te me estás volviendo pacífica y eso me gusta. Me gusta estar en paz contigo, asi "seas" solo en mi pensamiento.

Pero he desarrollado una curiosa fobia a las películas y las canciones románticas; me hacen sentir como una cucaracha voladora que ha sido cruelmente volteada y no puede hacer más que sacudir sus seis patas al viento. En esos momentos deseo más que nada que alguien se digne a poner su gigantesco pie y me aplaste sin compasión, o mejor dicho, que se compadezca de mí lo suficiente como para aplastarme...

Este día ha sido extraño, a pesar del frío siento mucho calor. A lo mejor me estoy preparando para el ineludible verano.

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