martes, octubre 02, 2007

Te espero... de verde, de verde lagartija


Al parecer, el invierno ha pasado a mejor vida. El sol empieza a asomarse, timido y calido, a través de cada uno de los agujeros que descuidadamente se han dejado atravesar; y despacito, casi sin querer, voy arrugando los ojos y adaptandome sin ganas a la nueva luz.


-Filtros UV, eso es lo que quiero-

Creo que no podría haber mejor imagen para representar mi estado de profundo espasmo mental y vital... La espera es larga, bien has de saber a que me refiero: Mi don de la desesperación es talvez mi mayor característica. Las manos sudan y los pies parecen gobernados por un extraño impulso que los obliga a dar de golpecitos contra el piso; como esperando a que de esa manera los segundos se acorten y providencialmente pasen horas sin que me percate siquiera. Aunque resulte un poco redundante, lo aclaro: ¡No funciona! El tiempo no se va mas rapido, es más, parece, socarrón y burlesco, pasar bostezando a mi lado, con el letargo característico del que nada espera. Y yo me pregunto si es que acaso podría andar esperando algo el tiempo; la respuesta me hace explicarme el porqué de su paciencia -El tiempo no espera, somos nosotros, insignificantes humanitos, los que lo esperamos a él-

Haciendo gala de mi nueva y confesa pasión por el verde, dejo esta entrada vestida de este color; como esperando a que talvez curioseando te encuentres con un pedazo de mí, dejado -aparentemente- por descuido, para que tus ojos matizados me lean y ojalá me relean muchas veces.

Van apenas cinco días ¡Bah! no recuerdo cuantos son, y creo que no quiero recordarlos, para no desesperar tanto. Volveré mañana, a lo mejor actualice mas seguido y desempolve mis dedos ávidos de escritos incoherentes.

Volveré mañana... Hoy, no ha habido suerte.

Los tuertos están tristes...